Nací en la cuenca minera de la Silesia Alta (Polonia), uno de los lugares más contaminados en el planeta. Según me cuentan mis padres, fue un domingo de sol, así que tuve suerte. Mis primeros recuerdos son en tonos grises. Deben de ser de los primeros meses de mi vida, cuando el bebé todavía no percibe colores ni tampoco formas definidas. Tal vez debido a ello siempre me he sentido cómodo entre las nieblas y las oscuridades, percibiendo algo familiar con una vida latente dentro. Y cuando las nieblas se disipan llega el momento de júbilo al percibir la luz del sol dando formas y colores a todas las manifestaciones de vida. La linea de la sombra, este espacio fronterizo entre lo obvio y lo oculto, entre la luz y las tinieblas, lo manifestado y lo que está latente en las profundidades, me fascina desde entonces.
La ciencia, el arte y las terapias corporales son mis pasiones. Empece estudiando matemáticas que luego abandoné para dedicarme al teatro, investigando, explorando y creando más de cuarenta espectáculos. El interés por el cuerpo, por las potencialidades en él contenidas, me llevó a interesarme tanto por la energética china, por chi-kung, shiatsu como por el Focusing, Gyrotonic o Antigimnasia que sigo practicando y enseño actualmente.
Amadeo Olmos, el magnifico pintor segoviano, quien fue mi profesor de pintura, al cual mis agradecimientos por todo lo que me enseñó, repetía incansablemente esta frase: “Para pintar hay que ver”. Por entonces yo no sabía que está frase era como una semilla que iba a brotar en mi llevándome por los terrenos totalmente nuevos. Gracias Amadeo.
La obra que tengo el placer de compartir contigo con gran ilusión consta de cuadros que pertenecen a tres ciclos: Cosmológicas, Fokus Pokus, Anatomía Humana.